martes, 14 de diciembre de 2010

Norma y Paraíso de los Negros

He cruzado muchas veces Despeñaperros escuchando a Morente. La A4 me suena a Morente, en ese maravilloso disco con Lagartija; "Norma y paraíso de los negros" merece la pena ser escuchada.
Y como el jueves 16 también hubiese sido el cumpleaños de Antonio Vega, otra recomendación: "El alpinista de los sueños", el disco homenaje que han hecho con sus canciones. Muy buena la versión de Love of Lesbian y la de Lori Meyers.

Qué pena.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Arreglar desperfectos

"Como bien indica Pérez Reverte, integrante de la RAE y gran defensor de la Lengua Española: 'Que España sea un continuo disparate no significa que quinientos millones de hispanohablantes también estén dispuestos a volverse gilipollas'. Luchemos por nuestra lengua".
Éste es el lema de este blog, que a mí me parece genial. Cuando veo faltas de ortografía en sitios donde no puedo sacar mi boli rojo, rodearla y quitar 0'25... me pongo muy tensa... Menos mal que hay ideas así
http://acentosperdidosespana.blogspot.com/
Al que me traiga una foto suya arreglando un desperfecto ortográfico público, le subo la nota. Y bastante, ya pensaré cómo. No hay valor de hacerlo...

viernes, 12 de noviembre de 2010

Ampliar lo dado


Hoy en clase de Ética, en 4º de la ESO, hemos estado hablando del Holocausto y he nombrado el Museo Judío de Berlín, de Daniel Libenskind. La obra de este arquitecto es impactante por el mensaje que transmite, independientemente de la belleza de sus proyectos, que como el arte contemporáneo en general, es siempre foco de controversia. Recuerdo, cuando visité este Museo, la cantidad de sensaciones que me iba transmitiendo, no por la colección que contenía -que no era más que la que puede tener cualquier monumento dedicado a este tema- sino por el recorrido que cada uno de los visitantes hacíamos del edificio, diseñado para hacernos sentir de manera parecida a como vivieron los protagonistas de la historia. Así, la sala dedicada a los que pudieron huir y emigrar al extranjero, con su suelo informe, abierta al aire libre, como reducto de salvación, pero a la vez, de pérdida. O la de las voces que murieron en el proceso, donde se pisaban herraduras que representaban caras, produciendo un sonido a llanto que revivía viejas historias que todos hemos visto alguna vez en películas.
El arte, como ya vimos el año pasado en 1º de Bachillerato, es la manera de crear mundo, de ampliar lo que hay. En esa ampliación de lo dado nos jugamos que lo presente defina su sentido o lo pierda. Y si se pierde, nos perdemos nosotros con él. El arte contemporáneo sabe de redefinir los límites de las cosas, aunque no siempre se las llame bellas. Pero la belleza es sólo una dimensión más de lo real que se agota en cuanto no se la transgrede. Y la memoria tiene mucho más porvenir que la belleza.

domingo, 24 de octubre de 2010

Lo que para cada uno es la felicidad

Aristóteles entendía que a la felicidad se llegaba por la virtud. Y a ésta la conducía la razón, para lograr el término medio. Lo de toda la vida: pensar antes de actuar te asegura que las cosas saldrán bien –o, por lo menos, ayuda-. Y por eso la “eudaimonía” se entendía como ese camino racional que conduce al bienestar. Pero llevo unos días pensando que prefiero darle una vuelta de tuerca. Con el permiso de S. y de aquellos expertos en Latín y Griego, eudaimonía viene de “eu”, bueno, y “daimon”, pequeño dios, pequeña fuerza mágica, podría decirse. Entonces, ciñéndonos a la letra, la felicidad es una especie de dios bueno –algo así como lo que cantaban los Eurythmics, “There must be an angel”-. Pero si seguimos dándole juego a la palabra “daimon”, es de la que deriva nuestro actual “demonio”, en cuanto “dios menor”, y como menor, malo. Por tanto, al final, la felicidad podría venir de la mano de un demonio, bueno, pero demonio, que nos empuja a cosas más allá de las que la razón indica. O, precisamente, indicadas por la razón para ser felices. A mí me gusta más esta idea de la felicidad. Será porque es domingo.

jueves, 14 de octubre de 2010

De siempre me ha gustado más Aristóteles que Platón. No sé por qué. Porque me gustaban mucho las definiciones que empleaba en la Física. Porque todo el Universo se mueve para alcanzar su fin, pero sin obligación, sino por deseo. Porque el fin de todo hombre es la felicidad. Y porque todo está en movimiento para lograrla.
Este poema de Pedro Salinas siempre me ha recordado a Aristóteles y durante algunos años le he empleado en clase,

Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.

¿Qué destacaríais de él? (sabiendo de Aristóteles y sin saber)

jueves, 7 de octubre de 2010

No le han dado el Nobel a Murakami pero da igual


Mi amiga Sara, que es muy lista, fue la que me empujó a leer a Murakami. Yo nunca había leído japoneses. Los alemanes eran mi debilidad y todo lo oriental me chirriaba. Pero como me lo dijo Sara -que, repito, es muy lista- pues le hice caso, y me leí Kafka en la orilla. Y me gustó. Bueno, me encantó.
Y entonces llegó Tokio Blues. Y eso fue la cumbre. Y empecé a hablar a todas horas de Tokio Blues, y a recomendar Tokio Blues y regalar Tokio Blues. Es que es muy bueno. No habla de nada en especial, pero Murakami escribe muy bien y Midori, una de las protagonistas, es maravillosa, y las chicas queremos ser como ella, y los chicos quieren que las chicas seamos como ella.
Es una historia de amores idealizados, encontrados y perdidos, como todas las historias, pero de otra manera. De la que te llega, se queda y te acompaña. Y luego, cualquier cosa que hable de amor, se tiene que medir con Murakami en Tokio Blues.
Leedlo, por favor.

sábado, 2 de octubre de 2010

Pre-ocupados


Acaba de empezar el curso y así estamos todos. Sin hacer, todavía, siendo retales de lo que ya ha ocurrido y con cara de preocupación por lo que va a venir. Tenemos como ojos el reloj, el tiempo; y nuestras manos, con las que haremos cosas para resolvernos a nosotros mismos.

Flotan puertas y farolas a nuestro alrededor, y son las salidas y las luces que nos acompañan y buscamos, para saber ser mejores, o no. O ser simplemente nosotros.

Feliz curso académico a todos.