Hace un par de semanas vino una antigua alumna de Daimiel para hacerme una entrevista. Estudia Periodismo y en una de las asignaturas le pedían que entrevistase a alguien. Ella ha seguido mi blog, y sabe lo que he estado haciendo en los últimos años, y consideró interesante hacer su trabajo hablando de mí. A mí me encantó la experiencia. Además de la alegría de volver a ver a Rosa, las preguntas fueron muy amables y pude comprobar que aún se acordaba de muchas cosas que vimos en clase. También me dijo que algunos compañeros ven el blog, ¡y que incluso una se ha leído Tokyo Blues! -D., te recomiendo La soledad de los números primos-.
En estos días, que he recibido la triste noticia de que aún no puedo volverme a Andalucía, reflexiono sobre lo que supone dar clase y estar en un lugar por el trabajo, lejos de la familia, y si merece la pena. Efectivamente, cuando decidí -hace 5 años ya- que me iría a La Mancha a trabajar de lo que realmente me gustaba, aunque eso supusiese estar lejos, sabía a lo que me arriesgaba. Pero si algo tengo clarísimo ahora es que eso compensa muchas cosas y que es de lo mejor que tengo en mi vida. Que es muy "yo". Y que he tenido la suerte de encontrar alumnos que hacen que este trabajo tenga más sentido del que muchos creen que tiene, aunque el sur siga quedando siempre al sur.
Mientras tanto, muchas gracias a todos.