La semana pasada, a raíz de la muerte de Bin Laden, me preguntan los alumnos de Educación para la Ciudadanía, "Charo, ¿tú qué opinas de la muerte de Bin Laden?" Antes de responder, les pregunto a ellos, "¿y vosotros?" y todos, menos uno, afirman que genial, que ya era hora y que qué pena que no lo torturasen más antes de matarlo y que no pueda verse el cadáver. Uno dice no creerse la versión de que esté en el mar. Y otro, por fin, dice tímidamente que a lo mejor habría que haberle hecho un jucio justo, y que si en clase hemos condenado lo de Guantánamo, esto es lo mismo. Entonces les recuerdo el año que llevamos con los Derechos Humanos -universales, es decir, válidos para todos-. Pero dicen que no, que aquí eso no cuenta. Viernes a última hora, 2º de Bachillerato, mientras recogemos, la misma pregunta. "Charo, que qué opinas de lo de Bin Laden". Mismo procedimiento. "¿y vosotros?" Un grupo al fondo sostiene que genial lo ocurrido. El resto silencio y otros cuantos -menos mal- dicen que no deben hacerse así las cosas.
Ayer, corrigiendo un examen de 4º de la ESO leo que un alumno escribe "Kant no se metió mucho en el cuerpo de otra persona". Aparte del espanto/risa que me recorre el cuerpo, pienso "ni en el cuerpo ni en la mente de muchos de mis alumnos".
Vaya semanita. Y encima mañana dos años ya sin Antonio Vega. Como cantaría él, me quedo "esperando nada" http://www.youtube.com/watch?v=woEc7Rf32Ok