En 4º de la ESO he mandado el libro La Metamorfosis. Sé que es difícil, duro, áspero, pero también sé que el alumnado que tengo por delante este año en ese curso podría dar mucho juego. Para trabajar el libro opté por un "diario de lectura", algo que, como tanto, me enseñó mi amiga Sara, y que creo que va bien. Hay momentos en los que hay que terminar el libro de otra manera, o escribir una carta a un personaje, o recontar un pasaje desde otra perspectiva... además de relacionarlo todo con la materia en cuestión, claro. Mi gran decepción ha sido cuando he visto el resultado. Pese a ser un trabajo creativo, no he visto imaginación. Lo más difícil no ha sido comprender el libro -sé que lo han hecho-, ha sido ir más allá de él. Todos ven la cucaracha, pero pocos se la imaginan. Ha habido dos trabajos que me han encantado. Uno está enfocado desde la perspectiva de un grupo que investiga el caso, con una sagacidad impresionante y digna de universitarios. El otro, inventa un final genial para la familia de Gregorio: se acaban convirtiendo, ellos también, en bichos. Y lo cuenta con la crudeza y el horror que Kafka demuestra. Y no pretendo la empatía absoluta con la lectura, ni mucho menos. Pero sí echo de menos imaginación. Capacidad para salir de lo que hay, de lo que te toca, y hacer cosas, y plantear opciones. Tienen 15 años y no van más allá de la letra. Eso es muy triste. El pensamiento más grande nace de la capacidad de cuestionarse otras opciones. De imaginarlas.
No dejéis pasar la oportunidad de crear algo nuevo, aunque sea sobre una cucaracha. Abrid nuevas ventanas. Escribid cuentos con otros finales siempre que podáis. Que la vida ya trae lo que quiere cuando le da la gana. No sed tan benevolentes con ella.