miércoles, 28 de marzo de 2012

Ejercicio 2º Bachillerato: Grandes Ideas

Hasta ahora hemos manejado el término "Idea" de muchas maneras. Desde Platón hasta Hegel ha dado la vuelta de todas las maneras posibles. Quiero que me las contéis y me las comparéis. Qué es Idea para Fulanito, Menganito, etc. y cómo se diferencian.
Y, mientras tanto, mirad esto, que está muy bien -por si tenéis sobrinos y no sabéis qué regalar; para vosotros que amáis el saber, etc.-:
http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/2978/No_es_otra_coleccion_de_Filosofia_para_ninos

11 comentarios:

  1. Platón defendía la existencia de un Mundo de las Ideas, separado del Mundo de lo Sensible en el cual nos encontramos. El primero se compone de la esencia del todo lo que hay en el Sensible, es decir, en el Mundo de las Ideas se encuentran los modelos perfectos de todas las copias imperfectas que conforman el Mundo Sensible.
    En cambio, para Aristóteles sólo existe un mundo, y sostiene que la Idea de un objeto la establece la forma: la delimitación física de cada sustancia que le da su identidad y permite identificarla.
    Esta concepción se transforma con el paso a la Época medieval y, a su vez, a una visión teocéntrica de la realidad. Así, filósofos como San Agustín entienden que las verdaderas Ideas están en la mente de Dios, quien ha creado el mundo basándose en ellas.
    En este período también surge la ¨disputa de los universales", entendiendo universales como Ideas. Respecto a este tema, Guillermo de Ockham mantiene una postura antirrealista, ya que considera que los universales no existen fuera de la mente, sino que sólo es una manera de nombrar a las cosas (¨nominalismo").
    Esta versión difería de la propuesta por Santo Tomás de Aquino, el cual dice que las cosas tienen materia y forma y que el hombre elabora el universal q partir de que conoce la forma o esencia de algo.
    Durante la época moderna, surgen dos corrientes filosóficas: la racionalista, que sostiene que las Ideas las extraemos gracias a la experiencia y, por lo tanto, critica las Ideas innatas. Dentro de la primera se encuentra Descartes. En cambio, Locke y Hume pertenecen a la segunda.
    Sin embargo, surge la filosofía kantiana intermedia entre ambos movimientos, que establece el conocimiento de una Idea como una síntesis entre el objeto de la experiencia que se da a conocer y lo aportado por el sujeto.
    Por último, Hegel habla de las "Figuras de la conciencia", compuestas de tesis, antítesis y síntesis. Estas figuras se pueden entender como las Ideas que dan lugar a la realidad.
    Resumiendo, la concepción de Idea ha cambiado a lo largo de la historia. Pero todas tienen en común que son los elementosbase sobre los que se construye todo lo que conforma la realidad.

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  2. Ángel González Martínez Parte I8 de abril de 2012, 22:49

    Antes de nada, me gustaría disculparme por la excesiva extensión de este comentario del blog. Entendería que sólo lo leyeran los amantes de la filosofía, de la lectura, los cotillas o sólo y, sobre todo, las personas con mucho tiempo libre, pero me parecía que era necesario realizar un recorrido completo saltando todas las vallas posibles. Dicho esto, aquí os dejo el ideario.
    El término “Idea” se ha entendido de diversas formas a lo largo de la historia, desde el periodo de la Filosofía Antigua hubo filósofos que recurrieron a esta palabra y aún en nuestro tiempo se debate sobre la definición exacta de idea. Todas estas discusiones son fruto del carácter abstracto de la “Idea” como tal.
    El primer filósofo que recurre a la palabra “Idea” es Platón (s. V y IV a.C.), y lo hace en su Teoría de los dos mundos, en la que defiende la existencia de dos realidades: el mundo de los sensible y el mundo de lo inteligible, donde se encuentran las Ideas, que son las esencias de todo lo que hay. Lleva a cabo esta reflexión influido por Parménides de Elea, que establecía que las cosas “son” y que tienen una esencia por el hecho de “ser” que Platón llama Idea, y por su mentor, Sócrates, quien ya había defendido antes la existencia de conceptos universales.
    Más tarde, Aristóteles (s. IV a.C.), discípulo de Platón, rechaza la teoría de los dos mundos y, por tanto, realiza lo propio con su concepción de Idea: lo que Platón situó en otro mundo, la Idea, Aristóteles lo encuentra en las cosas mismas, la Forma, pues esta es la delimitación física de cada sustancia y nos permite identificarla.
    Durante el periodo de la Filosofía Medieval, los filósofos entienden las Ideas en función de la postura de la que parten:
    San Agustín de Hipona se basa en la postura de Platón, aunque en su teoría del conocimiento expone que las Ideas se identifican con Dios y se alcanzan mediante el alma cristiana.
    También en el ámbito del platonismo surge la famosa “disputa de los universales”, es decir, si las Ideas en su significado platónico tenían correspondencia real o no. Algunos, como Guillermo de Champeaux, consideraban que los universales sí existían, mientras que otros como Pedro Abelardo o Guillermo de Ockham adoptaron una postura antirrealista, el nominalismo, según el cual los universales son sólo modos con los que se denominan las cosas.
    Entre los filósofos medievales que parten de la Idea sustancial aristotélica destaca Santo Tomás de Aquino, que no habla de Ideas, sino de Verdades, las cuales usa para tratar el problema fe-razón tan recurrido en el Medievo.
    Ya situados en la Filosofía Moderna, vemos cómo al principio la filosofía queda eclipsada por la Revolución Científica (s. XVI-XVII) y la política – apareciendo grandes pensadores como Galileo Galilei, Maquiavelo o Spinoza – hasta que a lo largo del s. XVII y parte del XVIII se crean los dos grandes sistemas de pensamiento de la Edad Moderna: el racionalismo y el empirismo.
    Descartes (s. XVII) es el más destacado filósofo racionalista y pretende alcanzar un método que le permita obtener un conocimiento válido para todas las ciencias. Para ello, entiende las Ideas como conceptos abstractos que forman parte de la res cogitans humana y determina que todos nacemos con una serie de ideas en nuestra mente, como las de extensión, pensamiento o sustancia. Por tanto, Descartes es el primero en defender la existencia de ideas innatas.

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  3. Ángel González Martínez Parte II8 de abril de 2012, 22:51

    Frente a este racionalismo europeo surge el denominado empirismo inglés, cuyos máximos exponentes son Locke y Hume.
    John Locke (s. XVII) defiende el conocimiento a través de la experiencia y distingue dos tipos de ideas: ideas simples (procedentes de la experiencia exterior, como los olores, o de la interior, como los sentimientos) e ideas complejas (se forman a partir de ideas simples, como la relación causa-efecto). Por tanto, Locke entiende las ideas como el conocimiento que se obtiene a partir de la experiencia.
    Algo similar ocurre con Hume (s. XVIII), aunque para él de la experiencia obtenemos percepciones que pueden ser de dos tipos: impresiones (sensaciones, pasiones o emociones) o ideas (imágenes difusas de las impresiones). Por tanto, para Hume las ideas son los vestigios de la realidad que quedan en nuestra mente tras la experimentación. A partir de esto, Hume critica el principio de causalidad, pues dice que queda determinado por la costumbre.
    También en el s.XVIII encontramos a Rousseau, pero su pensamiento está encaminado a la ética y la política sin pasar de modo reseñable por la reflexión sobre las Ideas como tales.
    Cabe destacar en este mismo siglo a Kant, que trató de demostrar si la metafísica puede alcanzar el estatus de ciencia partiendo de un punto intermedio entre racionalismo y empirismo. En cuanto a las ideas, Kant establece en su teoría del conocimiento que son fruto de la razón, una de las facultades del hombre, y que pueden dar lugar a un conocimiento verdadero si tienen una correspondencia real, pues entonces se podría producir la síntesis entre algo procedente de la experiencia y algo que aporta el sujeto. Como esto no ocurre en las ideas sobre las que reflexiona la metafísica (no se tiene experiencia ni de alma, ni de mundo ni de Dios), Kant establece que la metafísica no puede tener el estatus de ciencia. Destacar que a estas ideas propias de la metafísica sobre las que el hombre no puede dejar de pensar Kant las llama Ideas regulativas.
    Hegel (s. XIX) es un filósofo muy ligado al Idealismo y a Kant y encuentra en el límite entre la Filosofía Moderna y la Contemporánea. Defiende una estructura dialéctica de la realidad que se ha ido desarrollando a lo largo de la historia, conformando una realidad reflexiva donde no sólo es el sujeto el que tiene la capacidad para el pensamiento, sino que lo propiamente dado también participa de esta estructura, entroncando así con la idea Kantiana del conocimiento sintético y de la capacidad del hombre de conocer lo Absoluto. Las ideas son, para él, el conjunto de conceptos abstractos fruto de una síntesis que forman el saber Absoluto.
    En la Alemania del s. XIX nace Karl Marx, figura central en la consolidación del socialismo internacional fuertemente influida por Feuerbach, de quien tomó el término alienación, y Hegel, con quien comparte la concepción del desarrollo dialéctico. Y es que Marx, más que de ideas, reflexiona sobre las ideologías y critica a todos los filósofos anteriores, pues “los filósofos se han dedicado a comprender el mundo, ha llegado la hora de cambiarlo”.
    El último filósofo cuyo pensamiento hemos estudiado es Nietzsche, pero todo él está dirigido a criticar la situación política de la Europa del s. XIX.
    Como podemos ver, se ha pasado de una concepción a otra de las Ideas, incluso se ha llegado a negar su existencia real, pero ha estado presente, de una forma u otra, en mayor o menor medida, en el pensamiento de la mayoría de los grandes filósofos de la historia.

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  4. Ángel González Martínez Parte III8 de abril de 2012, 22:52

    Personalmente, me gustaría destacar que la interpretación del significado de la Idea como tal ha ido perdiendo peso a lo largo de la historia, lo cual me parece bastante lógico. Con el paso del tiempo se ha pasado a reflexionar con mayor insistencia sobre aquello que nos afecta más directamente, es decir, se ha cambiado de dogma, como ya ocurrió varias veces desde el nacimiento de la filosofía: con la democracia (s. V a.C.) se pasó de una filosofía cosmológica a una ética y política, en el s. XVII adquirió mayor importancia la ciencia en detrimento de la filosofía, y desde el s. XIX se ha promovido una filosofía utilitarista. Por tanto, se puede concluir que la evolución del término “Idea” ha sido fruto de los cambios del paradigma social, cultural y económico a lo largo de la historia.

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  5. Adrián Secaduras López9 de abril de 2012, 18:23

    La filosofía surge en la Grecia clásica, aproximadamente entre los siglos VII y VI a C. Los primeros filósofos, los llamados “filósofos presocráticos”, dedicaron su pensamiento a la naturaleza, preguntándose a cerca de su origen, su estructura y su composición. Es en el siglo V a C, de la mano de Sócrates y los Sofistas, cuando se produce un cambio en la filosofía. Ésta pasa a preocuparse por otras cosas como la justicia, la felicidad, la ley o las ideas que es el tema que nos ocupa (pasa de ser cosmológica a ética y política).

    El primer filósofo que trataremos será Platón. Éste, en su “Teoría de los dos Mundos”, sostiene, como su propio nombre indica, la existencia de dos mundos: el “Mundo de lo Sensible” y el “Mundo de las Ideas”. Por un lado, en el Mundo de lo Sensible se encuentran las cosas físicas, de las cuales debemos desconfiar, ya que son tangibles y pueden resultar engañosas. Por otro lado se encuentra el Mundo de las Ideas. En este lugar están las Ideas, que son la esencia de todas las cosas, el modelo a partir del cual surge todo lo demás. De aquí podemos deducir que para Platón las Ideas son la clave y la esencia de todo lo que existe en nuestro mundo.

    Posteriormente, Aristóteles, lleva a cabo una filosofía basada en la de Platón, su maestro, pero de la que se aparta de en casi todos los aspectos. A diferencia de Platón, afirma que sólo existe un mundo, en el que nos encontramos. Para él la calve de todo es la Naturaleza, la fysis, que está compuesta de sustancias (“lo que tiene, en sí misma, el principio de su movimiento”), formadas a su vez por tres partes: materia, forma y privación.

    Tras esto nos encontramos con la Filosofía Medieval (siglos XI – XV), etapa durante la cual tiene lugar el movimiento filosófico conocido como la Escolástica, que trató de emplear la filosofía para la comprensión y explicación de la religión cristiana. Destacan tres filósofos principalmente: San Agustín de Hipona, Santo Tomás de Aquino y Guillermo de Ockham.

    San Agustín de Hipona, que toma como punto de partida la filosofía platónica, sostiene que Dios, a la hora de crear tanto el mundo como a nosotros se basa en dos teorías: el “Iluminismo” y el “Ejemplarismo. El Iluminismo consiste en que Dios ha iluminado nuestra alma dotándonos de la capacidad de comprender la razón. El “Ejemplarismo” afirma que la creación es un ejemplo de las Ideas que Dios tiene en su mente. Por lo tanto, al contemplar la creación, podemos entender cómo Dios concibe el mundo. Para San Agustín las Ideas que tenemos en nuestra mente constituyen una base de las Ideas divinas. El alma humana ha sido iluminada por Dios, con el fin de que podamos comprender dichas Ideas. San Agustín nos invita de esta manera a reflexionar, a meditar para llegar a este fin. Llegados a este punto podemos establecer un claro paralelismo entre Platón y San Agustín, ya que lo que Platón establece como Idea, para San Agustín recae en Dios.

    Una de las grandes cuestiones que se plantean los filósofos en el Medievo es la llamada “Disputa de los Universales”. Los Universales son los conceptos que definen a las cosas concretas. Los filósofos de herencia platónica afirmaban que los Universales tenían existencia real. Sin embargo, Guillermo de Ockham adopta una postura antirrealista, ya que considera que éstos no existen realmente. Esta postura es conocida como el “Nominalismo”, los Universales son sólo modos con los que se nombra a las cosas. Para Guillermo de Ockham lo único que ha de tenerse en cuenta son las cosas concretas, porque para él sólo existen Dios y las criaturas. De ahí deriva la famosa “Navaja de Ockham”.

    (Continua)

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  6. Adrián Secaduras López9 de abril de 2012, 18:24

    (Continuación)

    A continuación tiene lugar la Filosofía Moderna. Esta etapa es el resultado de diversos cambios (sociales, económicos, políticos,…), que comienzan ya en el siglo XIV y cristalizan en el Renacimiento y la Revolución Científica y que marcarán el pensamiento de la época.

    El primer filósofo que comentaremos es René Descartes (1546 – 1650). Es un filósofo racionalista, sostiene que todo lo que se puede conocer debe hacerse mediante la razón. En cuanto al tema que estamos tratando, Descartes habla de “ideas innatas”, que son una serie de ideas que se encuentran en nuestra mente y que no vienen dadas por la experiencia.

    El siguiente filósofo que nos habla de ideas es John Locke (1632 – 1704). Locke es un filósofo empirista, para él todo conocimiento de la realidad procede de la experiencia. Critica de esta manera las “ideas innatas” defendidas por Descartes. Afirma, por tanto, que las ideas que tenemos en nuestra mente proceden de la experiencia. Las divide en dos tipos: Ideas simples e Ideas complejas

    David Hume (1711 – 1776), al igual que Locke es un filósofo empirista. De esta experiencia, según Hume, lo que nosotros obtenemos son percepciones. Existen dos tipos de percepciones: las impresiones (sensaciones, pasiones y emociones) y las ideas, que son imágenes difusas de las impresiones. A partir de esto Hume, al igual que Locke, también va a criticar las “ideas innatas” de Descartes.

    En la filosofía kantiana también aparece el término “idea”. Kant en su Razón Teórica se va a plantear si la metafísica puede obtener un conocimiento certero sobre cuestiones que la sobrepasan. Para ello, se va a valer de la Sensibilidad, el Entendimiento y, por último, la Razón. Es aquí donde aparecen las ideas. Kant considera que las ideas las produce la Razón y son Alma, Mundo y Dios. No existe un objeto empírico que se corresponda con ellas, por lo que no se podrán formar juicios válidos. Las ideas de la Razón, aunque no nos proporcionan conocimiento en sentido estricto, dirigen al hombre hacia algo más allá que escapa de su control, tiene una función regulativa.

    Por último hablaremos de Hegel. Este filósofo se encuentra fuertemente influido por la filosofía kantiana, especialmente por su Razón Práctica. El veredicto kantiano de que la Razón no puede alcanzar un conocimiento certero sobre las Ideas (Alma, Mundo y Dios), al no haber un objeto de la experiencia que se corresponda con ellas marca profundamente su filosofía.

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  7. Desde el siglo V a.C. y hasta el siglo XVIII la manera de entender e interpretar el concepto de idea ha tenido grandes cambios en los filósofos que conforman dicho periodo. Platón defendía que había un Mundo de las ideas, el cual es el lugar no físico donde se encuentra la esencia de todas las cosas. Al contrario, para Aristóteles no existía el Mundo de las Ideas defendido por Platón, sino que solo existía un mundo, la naturaleza (physis). Lo que Platón situó en otro mundo (la Idea) Aristóteles lo encuentra en las cosas mismas (la Forma).
    En la Edad Media tiene lugar la Escolástica que fue el movimiento filosófico que trató de utilizar la filosofía clásica para la comprensión y explicación de la religión cristiana. Y así, una vez dicho esto, podemos entender el punto de partida de la filosofía de San Agustín, que se basaba en la filosofía platónica para la comprensión y desarrollo de la doctrina cristiana. Para él, aquello revelado en las Escrituras puede ser comprendido por medio de la razón, ya que Dios a la hora de crear el mundo se basa en el Iluminismo (Dios ilumina el alma para poder comprender su razón) y en el Ejemplarismo (la creación es un ejemplo de las Ideas que Dios tiene en su mente). De esta manera San Agustín llega a la conclusión de que si en nuestra alma están las Ideas que Dios ha utilizado para crear el Mundo, entonces el alma es eterna y alcanza su felicidad plena cuando está con Dios.
    En el siglo XIII Santo Tomás de Aquino desarrolla un pensamiento en el que logra la armonía entre razón y fe. Defendía que hay verdades relacionadas con Dios que pueden ser entendidas por medio de la razón (preámbulos de fe), como por ejemplo que Dios existe, algo que Santo Tomás explica mediante las 5 vías de la demostración de la existencia de Dios, por lo que entendía la”Idea” con una distinción entre fe y razón. Más tarde, en el siglo XIV, Guillermo de Ockham defendió que los Universales (conceptos que definen cosas concretas) no existen, pues para él lo único que existe es Dios y las criaturas, estableciendo una separación radical entre fe y razón, por lo que su pensamiento se opone por completo al llevado a cabo por los dos pensadores dichos anteriormente.
    A partir del siglo XV tiene lugar la crisis de la Escolástica, se comienza a dar una mayor importancia a las matemáticas y la observación. Así, Galileo se basa en la ciencia y más concretamente en el heliocentrismo para defender que el Sol permanece en el centro del Universo, girando los planetas alrededor de él. Por otro lado, Maquiavelo lleva a cabo una filosofía que critica al pensamiento de Platón, ya que se basa en el realismo político, pues defiende que la política tiene que basarse en lo que las cosas y los hombres son y no en lo que deberían ser; ya que esta utopía es la que propone Platón en su obra República, donde defiende una sociedad perfecta.
    A partir del siglo XVII surge el llamado empirismo inglés, siendo el primer gran representante John Locke, el cual pensaba que todas las ideas proceden de la experiencia. Más tarde, David Hume estableció que a partir de la experiencia obtenemos las percepciones, que las dividió en impresiones e ideas, siendo estas últimas imágenes difusas de las impresiones. Para terminar es necesario tener en cuenta la concepción de Idea que tenían filósofos de la Ilustración como Kant y Hegel. El primero se basó en un pensamiento a medio camino entre racionalismo y empirismo, afirmando que “Todo conocimiento empieza con la experiencia, pero no todo él procede de la experiencia”. Kant va a dar un cambio radical a la concepción sobre la metafísica que se tenía hasta el momento, ya que para él la razón produce Ideas, que son la idea de alma, Mundo, y Dios. Y como el hombre conoce a partir de la experiencia y el sujeto, el sujeto aporta dichas ideas, pero no tenemos experiencia de las mismas. Por lo que los juicios que produce la razón sobre alma, Mundo y Dios son sofismas. Hegel entiende que todo se desarrolla racionalmente mediante una estructura dialéctica entre el sujeto y la realidad.

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  8. Charo acabo de terminar el comentario del blog pero no me deja publicarlo, te lo dejo en el correo que me han dado: bejaranocanterla@yahoo.es

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  9. El concepto de idea ha sido uno de los principales pilares de la filosofía a lo largo de toda su historia. Este concepto aparece por primera vez en el siglo V a.C. con Platón y posteriormente influirá de uno u otro modo en la mayor parte de los autores posteriores. En este contexto, se produce el paso de una filosofía cosmológica, cuyo principal objeto de interés era la naturaleza a una filosofía ética y política, que se ocupará de temas tales como las ideas.

    La “Teoría de las Ideas” de Platón que aparece en su obra La República parte de su “Teoría de los Dos Mundos” según la cual existe un mundo sensible (mundo físico), falso y cambiante, objeto de mera doxa, que es una copia imperfecta de un mundo de las ideas inmutable, objeto de conocimiento filosófico (episteme). Para él, las ideas son inmortales y son la clave y la esencia de todo lo que existe en nuestro mundo. Por tanto, las ideas son el factor común que comparten todas las cosas.

    Posteriormente, esta “Teoría de las Ideas” desaparecerá con Aristóteles, discípulo de Platón, al considerar que cae en contradicciones, con el planteamiento del “Argumento del tercer hombre”. Para Aristóteles existen un sólo mundo, en el cual nos encontramos, de modo que lo que Platón situó en el mundo de las ideas, el estagirita lo situará en las cosas mismas, la forma. Esta forma es, junto a la materia y privación, una de las tres partes que constituyen las sustancias que componen la naturaleza, a la que considera como la clave de todo.

    Más adelante, en la etapa de la Filosofía Medieval (Siglos XI-XV), Agustín de Hipona recuperará la concepción platónica de la idea, ya que tomará a Platón como punto de partida para la comprensión y desarrollo de la doctrina cristiana. Para él, las ideas que hay en nuestra mente nos permiten acercarnos a Dios, porque al crear el mundo se basa en las ideas que hay en su mente (Ejemplarismo). Sin embargo, dichas ideas divinas son, a diferencia del ser humano, perfectas y eternas, de modo que sólo podemos conocerlas porque Dios nos ilumina, según lo que San Agustín denomina Iluminismo. Gracias a dicha iluminación el hombre consigue conocer estas verdades eternas, al igual que para Platón la idea de Bien ilumina a todas las demás. De este modo, queda demostrada la existencia de Dios ya que el ser humano, por su propia naturaleza, no puede haber creado estas ideas eternas.

    Tras esto, el concepto de idea no volverá a aparecer de forma explícita hasta la siguiente etapa, la Filosofía Moderna, con Descartes (1546-1650). Se trata de un filósofo racionalista, que sostiene que todo puede conocerse mediante la razón. De este modo, Descartes defiende la existencia de ideas innatas que se encuentran en nuestra mente y no vienen dadas por la experiencia. Asimismo, en su obra Discurso del método, Descartes tratará de establecer un método único para las ciencias, cuyo eje fundamental será lo que él denomina como ideas claras y distintas. Este método consta de cuatro reglas. En primer lugar, la evidencia supone no admitir como verdadero nada que no sea completamente evidente, es decir, aquellas ideas que pueden captarse inmediatamente. Estas ideas evidentes son lo que Descartes denomina ideas claras y distintas, las cuales son ideas innatas que no necesitan ser demostradas. La segunda regla es el análisis, que supone reducirlo todo a estas ideas claras y evidentes. La tercera regla es la síntesis, que supone reconstruir dichas ideas de lo más simple a lo más complejo. Finalmente, la cuarta es la comprobación, que supone revisar que no se ha olvidado nada de lo anterior. Del mismo modo, Descartes, al constatar que los sentidos nos engañan tomará como punto firme para su filosofía la idea del “yo”, que será el punto de partida de toda la filosofía moderna.

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  10. Tras esto, el concepto de idea no volverá a aparecer de forma explícita hasta la siguiente etapa, la Filosofía Moderna, con Descartes (1546-1650). Se trata de un filósofo racionalista, que sostiene que todo puede conocerse mediante la razón. De este modo, Descartes defiende la existencia de ideas innatas que se encuentran en nuestra mente y no vienen dadas por la experiencia. Asimismo, en su obra Discurso del método, Descartes tratará de establecer un método único para las ciencias, cuyo eje fundamental será lo que él denomina como ideas claras y distintas. Este método consta de cuatro reglas. En primer lugar, la evidencia supone no admitir como verdadero nada que no sea completamente evidente, es decir, aquellas ideas que pueden captarse inmediatamente. Estas ideas evidentes son lo que Descartes denomina ideas claras y distintas, las cuales son ideas innatas que no necesitan ser demostradas. La segunda regla es el análisis, que supone reducirlo todo a estas ideas claras y evidentes. La tercera regla es la síntesis, que supone reconstruir dichas ideas de lo más simple a lo más complejo. Finalmente, la cuarta es la comprobación, que supone revisar que no se ha olvidado nada de lo anterior. Del mismo modo, Descartes, al constatar que los sentidos nos engañan tomará como punto firme para su filosofía la idea del “yo”, que será el punto de partida de toda la filosofía moderna.

    Frente a este racionalismo cartesiano, en las Islas Británicas se desarrollará un empirismo, que defiende que todo conocimiento viene dado por la experiencia. Dentro de este ámbito, John Locke (1632 – 1704) realizará una crítica a las ideas innatas. Para Locke, todas las ideas que hay en nuestra mente provienen del entendimiento. Estas ideas pueden ser de dos tipos: ideas simples, que provienen de la propia experiencia e ideas complejas, que son una combinación de varias ideas simples. Posteriormente, David Hume (1711 – 1776) considerará que todo el conocimiento proviene de percepciones, que pueden ser impresiones e ideas, siendo éstas últimas imágenes difuminadas de las sensaciones en el pensamiento. De este modo, Hume también realizará una crítica a las ideas innatas cartesianas.

    Más adelante, las ideas quedarán de nuevo patentes en la filosofía de Kant (1724-1804).
    La razón teórica kantiana intentará comprobar si la metafísica funciona como una ciencia, de modo que pueda obtener un conocimiento certero sobre cuestiones que la sobrepasan. Para ello, se valdrá de las dos facultades por las que conoce el hombre, la sensibilidad y el entendimiento, a las que posteriormente se les añadirá la razón. Esta razón produce ideas, que son las de Alma, Mundo y Dios. Como estas ideas no tienen un objeto empírico que se corresponda con ellas, no pueden formar juicios y realizan una función meramente regulativa (ideas regulativas de la razón pura).

    Finalmente, mencionaremos a Hegel, que se verá fuertemente influido por la filosofía kantiana, en especial por el veredicto que Kant alcanza en su razón teórica, según el cual la metafísica es incapaz de alcanzar la verdad en cuestiones que la sobrepasan. De este modo, Hegel entenderá el pensamiento como un desarrollo dialéctico, en el que la razón proyecta sus estructuras sobre el objeto mismo, pero este a su vez es racional y participa en el desarrollo del pensamiento.

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