Como otras muchas cosas, esto tambíén se lo tengo que agradecer a mi amiga Sara. Ella es mi proveedora oficial de cómics y también me presentó esta historia, que cuenta cómo una persona mayor tiene Alzheimer y algunas de las cosas bellas que pueden pasar todavía por su vida.
Hemos estado viendo esto en Psicología y, evidentemente, perder la memoria es perder la identidad de la peor de las maneras posibles, sin ser conscientes de ello y dejándonos en la más absoluta indefensión.
No sé qué os viene a la cabeza con estas escenas, pero siempre que las he visto, he pensado que, como la canción de Anthony and the Johnsons, espero que si alguna vez me pasa algo así, haya alguien a mi lado que me recoja de una manera tan suave, que viaje conmigo a mi pasado sin hacerme sentir por ello ridícula, sino más grande. Que aún me haga participar de mi propia vida.