Los de 1º acabáis de aprender -o eso espero- a Wittgenstein. Los que estáis en 2º, lo visteis el año pasado y lo odiasteis un poco. Este año toca otra vez, y con su texto. Da igual, porque Wittgenstein es genial. Y no porque diga nada espectacular, sino porque dice lo que tiene que decir, que el lenguaje es el juego al que juguemos con él. Y lo sabemos quienes conocemos las reglas, y quien no, se queda fuera. Y juega a otra cosa. Y así.
Quien ha vivido lo que una palabra en un momento determinado puede llegar a significar; quien necesita que una canción diga eso y no otra cosa, y quien ha entendido un problema con una explicación y no con otra, sabe jugar con el lenguaje.
Os quiero proponer algo; leed este texto de Ana María Matute y decid qué os sugiere. A qué creeis que se refiere y por qué, dicho así, dice más que de cualquier otra forma. Jugad a probar palabras.
El niño al que se le murió el amigo
Una mañana se levantó y fue a buscar al amigo, al otro lado de la valla. Pero el amigo no estaba y, cuando volvió, le dijo la madre:
-El amigo se murió. No pienses más en él y busca otros amigos para jugar.
El niño se sentó en el quicio de la puerta, con la cara entre las manos y los codos en las rodillas. "Él volverá", pensó. Porque no podía ser que allí estuviesen las canicas, el camión y la pistola de hojalata, y el reloj aquel que ya no andaba, y el amigo no viniese a buscarlos. Vino la noche, con una estrella muy grande, y el niño no quería entrar a cenar.
-Entra, niño, que llega el frío-dijo la madre.
Pero, en lugar de entrar, el niño se levantó del quicio y se fue a buscar al amigo, con las canicas, el camión, la pistola de hojalata y el reloj que no andaba. Al llegar a la cerca, la voz del amigo no le llamó, ni le oyó en el árbol, ni en el pozo. Pasó buscándole toda la noche. Y fue una larga noche casi blanca, que le llenó de polvo el trajo y los zapatos. Cuando llegó el sol, el niño, que tenía sueño y sed, estiró los brazos y pensó: "Qué tontos y pequeños son estos juguetes. Y este reloj que no anda, no sirve para nada". Lo tiró todo al pozo, y volvió a su casa, con mucha hambre. La madre le abrió la puerta y dijo: "Cuánto ha crecido este niño, Dios mío, cuánto ha crecido". Y le compró un traje de hombre, porque el que llevaba el venía muy corto.
viernes, 6 de noviembre de 2009
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Bonito cuento, que se podría interpretar de muchas maneras...
ResponderEliminarDe momento me hago una pregunta: ¿el niño tiró los juguetes enfadado y lleno de odio? ¿o más bien lo hizo porque ya no tenían sentido?
Buena pregunta, porque creo que ésa es la clave. Cambia mucho si los tira de una manera o de otra. Y, sobretodo, la reacción de la madre.
ResponderEliminarEspero a que haya más respuestas y lo vemos entre todos. Vamos a ver qué dice el resto de la gente.
Me gusta el estilo de la autora de este blog.
ResponderEliminarYo creo que antes de nada, habría que pensar qué significado tiene el "amigo" del niño, qué simboliza...
Tira el niño los juguetes porque su madre nunca le enseñó qué hacer con el deseo. Y el deseo es un fruto que se pudre amargamente si no se le sabe escuchar. Y entonces, para no sentir su amargura, debe el niño decir: "Qué tonto es eso que creí que deseaba. Yo no deseo cosas de niños, me causan náusea. Madre, al fin soy como tú me deseabas. He crecido". Y así el niño se protege, hasta el día que vuelva a escuchar la voz nunca callada de su amargo deseo, una mañana de sol diáfano, sin esperarlo, o en el acto de amor, o escuchando cualquier canción sin importancia. Y entonces será la prueba definitiva: tendrá que demostrar que no olvidó a aquel niño que fue, habrá de ser valiente y atreverse a mirarlo a los ojos, y aprender entonces con él, juntos el niño y el hombre, pacientementemente, lo que la madre nunca enseñó.
ResponderEliminarHoy hace 20 años, cayó el muro.
ResponderEliminarHoy hace 3 días, cayeron los jugetes al pozo.
Es curiosa la necesidad de morir para renacer, de estar solos para volver sentir la compañía de nuestra identidad.
Es curioso también que los dolores y las alegrías se entremezclen para mostrarnos cual es el camino, y el motor que nos mueve por él.
No puedo decir mucho sobre el cuentecillo este, es muy profundo y oscuro, y no es fácil detallar cada tramo del pozo en el que se ve perdido el protagonista hasta que comprende que la búsqueda de su amigo no está sino en sí mismo. Esta razón es la que le lleva a tirar los juguetes. De lo que estoy seguro también es que ni tan siquiera su madre es la misma cuando el chico se va y cuando vuelve. Acontecen muchos cambios, y el muchacho, haciendo honor a Ortega y Gasset, los salva de la forma que él cree conveniente (a mí jamás se me ocurriría desprenderme del símbolo que son los juguetes)
Un abrazo.
Vaya relato más tierno y a la vez más terrible. El niño lucha por su inocencia pero cuando descubre que ésta se ha ido, reacciona con ira. Según mi visión, tira los juguetes con odio, frustrado por la muerte de sus ideales más puros. No me gusta la reacción de la madre, demasiado fria, demasiado pragmática. No envuelve a su hijo para que navegue con calma entre su niñez y su madurez.
ResponderEliminarEl niño tira los juguetes porque se hizo mas maduro y un poco mas mayor,creo.
ResponderEliminarel cuento en sí me ha impresionado mucho porque desde mi punto de vista creo que eso en sí es un reclamo por los niños que no tienen infancia, que eso aunque parezca increíble ocurre. Estamos acostumbrados a, cito textualmente a Atenea, "que nos envuelvan para que naveguemos con calma entre la niñez y la madurez" y lo vemos como algo normal (y realmente me parece que lo es) por eso impresiona tanto el cuento...
ResponderEliminarSí, efectivamente, tiene mucho que ver con la madurez, como dice Alicia y, como señala el segundo comentario, precisamente por eso, se sale de una etapa muy bonita que es la niñez para pasar a ser de repente, otra cosa, para la que no estamos preparados. Pero, ¿si tira los juguetes es porque reacciona sabiendo que una etapa de su vida queda atrás o porque él mismo quiere enterrarla, como si fuera el odio de una pataleta?
ResponderEliminarEs muy desolador que un niño se enfrente a la muerte cara a cara y que lo único que tenga para enfrentarse a ella sean unos juguetes y los recuerdos. Pero me parece que lo que el niño acaba perdiendo es la ilusión al mañana porque para el la vida ya no tiene sentido, por eso tiró los juguetes porque acababan de perder el sentido que tenían en su vida. ¿ De que me vale un juguete si no tengo a nadie con quien jugar?
ResponderEliminarComo estamos estudiando,el juego del lenguaje es muy extenso y,por lo mismo,cada uno podemos ver las cosas desde un punto de vista diferente...
ResponderEliminarDesde mi punto de vista la pérdida del amigo puede reflejar que crece,y con ello se da cuenta que las cosas no son como se las imagina,un mundo perfecto donde siempre vamos a tener para chucherias y un regalo por nuestro cumpleaños,la pérdida del amigo,para mi refleja el sentir al ser mayor que hay cosas que no podemos tener siempre, por ello,como muestra de madured intenta lograr las cosas que ya no tiene aunque sea por mérito propio cuando sale a buscar a su amigo(porque no puede esperar que venga él siempre) o como hacemos en la vida real a la hora de buscar trabajo porque no tendremos siempre a nuestros padres que nos den de comer pero,cuando ve que su amigo no viene, se da cuenta que hay cosas que aún esforzandote,no consigues y en una mezcla de pataleta de niño chico y una muestra de madured al darse cuenta de como van siendo las cosas,tira los juguetes porque intenta dejar de parecer el niño chico ingenuo y de sueños que se le rompen y parecer un hombre pero,aunque crezcamos, el niño lo llevaremos siempre guardado y madurar....la madured no se fuerza,se logra sin quererla.
Sí, pero yo veo que cuando él tira los juguetes hay algo de odio, de "pues si tú no estás yo no quiero jugar más" y ni los juguetes merecen la pena. Pero la madre, lo arropa sin arroparlo, cambia el traje, pero no ve el dolor que hay de fondo, sólo aprecia que él ya es grande, pero no sabe a qué precio. El amigo se ha muerto, y él no lo acepta, y entonces, tira los juguetes, porque si el amigo no está, entonces ya no tienen sentido, como todos habéis comentado, pero esa madre...
ResponderEliminarEsa madre tendría que haber rasgado los sentimientos del niño, y hablar con él sobre todo eso, y no decir que ya es grande, porque sí, sino porque le ha dolido algo. Y eso, rasga; rasga el traje, y lo rasga todo. Y para eso no hay vestimenta nueva que lo consuele.
Gracias, chicos, excelentes comentarios.
La noche fue blanca, sí. Pero sobre todo fue larga...
ResponderEliminarMi paseo, a gatas. No me moví mucho más allá del quicio de la puerta de casa; no me hizo falta.
Busqué a mi amigo, lo busqué con todas mis fuerzas, con los ojos cerrados y los juguetes apretados contra mi pecho... tenía que estar ahí, no era posible que después de tanto tiempo se fuera sin decir "au revoir"...
Sentí frío. Me acurruqué un poco dentro de mi camisa y mis pantalones de pana grandes.
Me quedé medio dormido y... ¡mi amigo no se había muerto, estaba allí! Casi nada había cambiado; tenía sus juguetes apretados contra el pecho pero la ropa... qué curioso... la ropa que siempre le había quedado grande (madres previsoras) le quedaba pequeña...la escarcha la habría hecho menguar.
Cuando se intuía el despertar del sol dejé de apretar los ojos y comprendí...
Miré el reloj que se había quedado parado y murmuré: "es la hora".
Volví a casa y mi madre, al verme: "cuánto ha crecido este niño, Dios mio, cuánto ha crecido".
Me abrazó y me enseñó el traje que me había comprado para cuando mi ropa grande me viniera corta.
"Madre" - dije- "no quiero un traje de hombre, sáqueme el dobladillo de mis pantalones de pana y arrégleme mi camisa"
Aún los llevo y no me los quitaré nunca.
Los juguetes no los tiré, ¡qué va! los guardo siempre en el bolsillo de mis queridos pantalones de pana. Cuando estoy un poco triste, los saco y juego con ellos, no os podéis imaginar cómo consuelan. Y, cuando no tengo ni idea de la hora que es, miro mi reloj, aquel que se quedó parado, y comprendo que aún no es demasiado tarde...
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GUAUUUUUUUUUUUUUUU!!!!!!!!!!
ResponderEliminarImpresionante.
Por favor, ven más a menudo por aquí.
Un besazo, compañero.